She´s the sadness

No estás triste por nada ni por nadie, 
eres tu quien te impregnas la tristeza, 
te la vas repartiendo por cada cachito de piel 
como un trabajo que hay que hacer antes 
de que acabe el día para no arruinarte,
te vas llenado con esmero.

Entonces te inundas, y como no sabes nadar; 

la sacas toda por los ojos, por la boca, 
por las manos y la nariz;
pero sabes que regresa, de fuera hacia dentro.
Te quedas perpleja cual niño que acaba de volver el estómago
y piensa que su madre va a reprenderlo, 
porque todavía no lo comprendes.

No hay tristeza fuera de ti, la tristeza eres tú, 

tenías la semilla injertada desde tú concepción.

Le ocurre a los cuerpos frágiles, a las existencias ingenuas como la tuya,
nadie te la regaló, ya era tuya desde siempre, date cuenta; 
cuando la invocas, cuando la sacas a pasear en letras. 

Enséñala a conversar contigo,

aprende a conversar con ella, 
entabla una relación porque, querida mía, 
estará contigo el resto de tus días. 

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