Planear los días, hacer esto y aquello, crecer, querer, conocer, saber… ordenar.
Actividades que, hay quienes siguen como la cotidianidad de sus días, tal como beber agua o dar los buenos días. Aunque por otro lado, siendo lo opuesto, (y haciendo acto de presencia como hacen las cosas opuestas e indescifrables que vale la pena sean como tal, porque de modo contrario serían idénticas a su inversa) hay quienes no conocen tales tareas, quienes no necesitan de ellas, quienes no las nombran porque no saben si eso en verdad puede hacerse.
Quiero decir, que existe también quien no puede pensar en el bien o mal, correcto-incorrecto, fácil-difícil,
Actividades que, hay quienes siguen como la cotidianidad de sus días, tal como beber agua o dar los buenos días. Aunque por otro lado, siendo lo opuesto, (y haciendo acto de presencia como hacen las cosas opuestas e indescifrables que vale la pena sean como tal, porque de modo contrario serían idénticas a su inversa) hay quienes no conocen tales tareas, quienes no necesitan de ellas, quienes no las nombran porque no saben si eso en verdad puede hacerse.
Quiero decir, que existe también quien no puede pensar en el bien o mal, correcto-incorrecto, fácil-difícil,
servible-inservible para habitar los días : Tan sólo considera sentir, caminar, vivir. Le basta saber, está en el mundo.
Hay para quien es indispensable aquello que para alguien más, es desorden. Hay quien gusta de empezar por el final y terminar por el principio, hay quien simplemente no puede enojarse porque dejaría de parecerse a sí mismo, quien decide no revelar sus sentimientos más profundos, tal vez por miedo a que se le escurran del corazón, hay quien al llegar a casa, no cuenta lo que le ha ocurrido durante el día, sólo porque no lo considera más importante que justo lo que ha hecho, llegar a su refugio.
Hay quien no dice un te quiero o un te amo por conciderarlas frases vacías de tanto ser repetidas. Hay quien reproduce cientos de veces las misma canción porque le parece, es lo más bonito que ha escuchado o es lo más especial que pudo haber hallado. Hay quien decide ceder a la lluvia y caminar bajo ella sin buscar desesperadamente un refugio para evitarla, quien espera tan sólo tener aliento al día siguiente para dejar que el deseo en sí mismo, lo conduzca en el andar.
Hay así, quien es el raro, el extraño, el callado, el aislado, el misterioso… palabras de media tinta inventadas por quienes saben ordenar su vida para poder nombrar, según ellos, a los que no. Hay quienes por la linea recta se van para el camino, y quienes del camino, desconocen si hay.
Pero qué le vamos hacer, hay quien de la vida enferma y quien la vida, ve enferma.
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