El día que Lou Reed murió

27 de octubre, un adiós para signar el día:
un pionero del psicodélico rock partía;
mi tristeza era hoy para el hombre soundtrack 
de mil manías, incluidas las mías. 

Morir en Domingo, pienso.
¡Qué mejor día!
Sunday Morning, such a Perfect Day.

Habrá elegido este día por ser el único
en que el mundo es como pocas veces es:
Inhabitual, tal como él.


Porque sólo hoy, hay algo más que 
desasosiego y monotonía; 
el día para lo no ordinario, 
el día sin agonía.

Mi itinerario de hoy
Ejercer el oficio de las nostalgias.
Y para el Señor Lou: 
Reunión con Nico y con Warhol en otra dimensión...
Noticia en el Wild Side: 
El hombre que moría y de inmediato la inmortalidad le florecía.



Una mujer no es todas las mujeres


La tarde estaba nublada y el clima demasiado frío como para tener una conversación vespertina caminando por la calle; por lo que decidieron entrar en el café de la esquina que María frecuentaba en sus tarde-noches de lectura, en las que sostenía largas y acaloradas conversaciones con Sartre y Baudelaire, Beauvoir o alguno de sus escritores de cabecera.

Tomaron la mesa que se encontraba más lejana a la puerta del local, ya que Pablo notó que ella tiritaba de frío y sus labios estaban más colorados que de costumbre, además de que como siempre, tenía las manos hechas un cubo de hielo, era una de sus características, tener las manos frías, y particularmente heladas en esa época del año.

Ya te digo- continúo ella con la conversación- Mi madre quiere que me case, que sea una mujer ejemplar dedicada a su profesión, que vista como ejecutiva, que forme un hogar y encuentre un buen hombre - Hizo un pausa para tomar un primer sorbo de café y con una expresión como esas que hace alguien a quien le revoloteaban muchas cuestiones en la cabeza y ha comprendido por fin algo importante, continuó:

Lo que ella no sabe es que esos nunca existieron, o si existen no he tenido la fortuna de toparme con alguno, sin agraviar al presente claro, hablo en cuestión de relaciones; pero ese no es el punto mi querido Pablo, tú lo sabes mejor que nadie: 

No soy una mujer de costumbres, una mujer tradicional, y es que... una mujer no es todas las mujeres, no todas queremos permanecer en el molde.
Mi vestimenta favorita va de vestidos en su mayoría cortos y medias que a veces están rotas, por lo que es una constante mi encuentro con las miradas de pervertidos y con las de mujeres mayores que me lanzan la palabra "mujerzuela" entre ceja y ceja; eso me tiene sin cuidado, por supuesto; pero son los malditos prejuicios los que me hierven la sangre.

No me gusta usar tacones ¡los detesto!, me dicen: 
"Que para verte bonita y presentable, que para dar la ilusión de ser más alta, qué para ser más atractiva al sexo masculino"... ¡A la mierda esas ideas sexistas! 
Me gusta lucir linda pero no me gusta parecer una muñequita de pastel, raras veces me peino y ¡ah! añadamos que no sé cocinar.
No soy un ejemplo a seguir, ni la viva representación de la mujer de sociedad. Detesto las ideas moralistas, no tengo ni quiero una religión y mi finalidad última en la vida no es un matrimonio, si algo voy a conservar hasta el último de mis días es mi libertad. Enamorarme, claro que quiero, pero creo mucho en algo que leí por ahí: "el amor y el matrimonio son cosas distintas".

Soy lo contrario a la idea de una mujer de ensueño de todo hombre y lo último que permitiría es dejar que alguno me trate como una cosa de su propiedad; detesto cuando usan el término:
" Mi mujer"..."¡Mi mujeeer!"
como si la hubiesen comprado o hubiera sido un premio de lotería, odio todo eso y me exaspera que toda mi familia espere eso de mí, que "salga del capullo para convertirme en mariposa" como dice mi obeso tío Roque.

Pablo soltó una tremenda carcajada que hizo voltear a una pareja que estaba en la mesa de lado izquierdo, y al hombre mayor de la mesa de enfrente, que estaba muy entretenido en su lectura de periódico y que les lanzó una mirada de cascarrabias por haberlo distraído.

Diría que prácticamente es una carta de recomendación- contestó Pablo después de recuperar el aliento- quién no querría estar con una mujer inusual. Mírate, eres muy linda y precisamente tu personalidad de mujer atípica e independiente es lo que te hace ser tan atractiva. 
Cuando nos conocimos yo me enamoré de todo eso, ya te lo había dicho. Sino fuera porque estoy terriblemente enamorado de Julia, hace mucho que tú y yo estaríamos juntos -Eres un idiota- replicó ella con una sonrisa- Supongo que tendré que lidiar con todo eso por siempre, ¡Qué fatiga, qué miseria!- Supones bien, mujer.

-Bueno, tal vez cuando llegue a la edad de cincuenta o sesenta considere un look distinto, creo que para ese entonces mi rebeldía no incluirá mostrar piel flácida y piernas con várices- Jajajaja, porqué no, no eres como todas las mujeres, ya lo dijiste - Si, pero ¡hombre! 
¿que no sabes que los huesos a esa edad ya no son igual que a los 20´s?, además lo que se me arrugará será el cuerpo, no las ideas- Jajajaja, tienes razón... y estás loca- Lo sé, ¡y tú también!, por eso es que eres mi amigo y conversamos tan de pierna suelta como pocos, porque aunque digas que no, reconoces un poco de tu propia locura en mi- dijo María mientras se acomodaba al respaldo de la silla, y después de una milimétrica pausa, él respondía con su taza en la mano y una sonrisa que parecía concederle la razón: "Mmmm si, creo que, un poco tal vez, no te hagas muchas ilusiones".  

Sentimientos de Ausente (Sor Juana Inés de la Cruz)



Amado dueño mío,
escucha un rato mis cansadas quejas,
pues del viento las fío,
que breve las conduzca a tus orejas,
si no se desvanece el triste acento
como mis esperanzas en el viento.

Óyeme con los ojos,
ya que están tan distantes los oídos,
y de ausentes enojos
en ecos de mi pluma mis gemidos; 
y ya que a ti no llega mi voz ruda,
óyeme sordo, pues me quejo muda.


Un fragmento del que probablemente sea mi poema favorito de Sor Juana Inés de la Cruz, compatriota pionera del verso que tuvo el valor de romper paradigmas (aunque fuese en ciertas circunstancias) y escribir en una época en la que el mundo era sólo para los hombres.

She´s the sadness

No estás triste por nada ni por nadie, 
eres tu quien te impregnas la tristeza, 
te la vas repartiendo por cada cachito de piel 
como un trabajo que hay que hacer antes 
de que acabe el día para no arruinarte,
te vas llenado con esmero.

Entonces te inundas, y como no sabes nadar; 

la sacas toda por los ojos, por la boca, 
por las manos y la nariz;
pero sabes que regresa, de fuera hacia dentro.
Te quedas perpleja cual niño que acaba de volver el estómago
y piensa que su madre va a reprenderlo, 
porque todavía no lo comprendes.

No hay tristeza fuera de ti, la tristeza eres tú, 

tenías la semilla injertada desde tú concepción.

Le ocurre a los cuerpos frágiles, a las existencias ingenuas como la tuya,
nadie te la regaló, ya era tuya desde siempre, date cuenta; 
cuando la invocas, cuando la sacas a pasear en letras. 

Enséñala a conversar contigo,

aprende a conversar con ella, 
entabla una relación porque, querida mía, 
estará contigo el resto de tus días. 

En los ojos de Ana

Sus enormes y bellos ojos negros observando sin parpadear al caballo pasar la meta; ahí estaba, llegando en primera posición. La escena en sus pupilas. No era raro que Ana gustara de las carreras: el frenesí desmesurado, el corazón extasiado y la fascinación por lo inesperado han estado desde siempre en su existencia. Ahora, todo se le desbordaba por la mirada.


Este es un pequeño cuento que escribí para "Diversidad Literaria", un colectivo de Colombia que organizó un concurso de microrrelatos (o microcuentos) con temática libre. 


En realidad, no me importa si gano o pierdo, me animé a participar porque me pareció interesante la idea de ver si podía hacerlo, y también porque desde hace ya varias semanas, he tenido la inquietud de escribir uno, de mucho mayor extensión, claro; pero qué mejor que empezar con uno pequeño. Tal vez y muy seguramente apeste, pero bueno, es el primero.

Alejandra

A mi me impresiona, niña, la manera en que existes, tus ojos que reflejan un sin fin de historias, tus oídos captando la intangibilidad de este mundo y el misterio precisado. 
Tus pensamientos y escenarios paseando sobre el techo de tu habitación mientras les das vida eterna en escritura.

Tú cuentas, y creas, grande es tu vocabulario porque no sabe del vocablo “incredulidad”.

A mi me hablan, niña, la cartografía de tus palabras, tus abrazadoras imágenes y la corporeidad de aquellas inagotables realidades que brotan de tu vislumbrar.

Habitas los silencios con total frenesí, tus misterios son envueltos en papel corrugado que sólo pueden ser desenvueltos por quienes tienen el verdadero deseo impregnado.

Niña, tú existes como pocos, niña, existes como nadie y de eso yo me he fascinado. No eres una presencia ordinaria, eres una llama incendiante.

Pedagogía de la Revolución


Maestro rural, maestro de lucha incesante
que te levantas ante lo instituido, y la educación de tú pueblo
has venido a defender encarando la injusticia de una imposición.

Una reforma educativa.
La reforma que deforma:
Descontextualización de realidades, enmascaramiento de la pobreza.


Leyes para estandarizar,
mentes cuadradas de mandatarios con interés capital,
personajes que definen cómo se “debe” educar.

Jamás entenderán que la docencia va más allá de su concepción de calidad, 
de su currícula mocha hinchada de contrariedad.

Un techo de lámina y paredes frágiles cobijan tú acción diaria.
Un piso de tierra bajo los pies de tus alumnos, a quienes enseñas a ser libres de la ignorancia que el sistema desea perpetuar; porque en tus aulas de todo hay carencia, menos de conciencia.


Haz venido maestro a la gran urbe, a buscar fuerza en el compañero citadino y te has topado con una ciudad cegada por la demagogia y el dominio.

Medios que desinforman, medios con la reforma.
Medios poniendo al pueblo contra el pueblo.
Se desacredita tú lucha porque agobia salir del orden cotidiano, ese orden que a nosotros también nos han implantado y por el cual nunca hemos protestado, que nos hace presas de la inconsciencia y la indiferencia. 


Maestro no detengas la causa porque la llevo contigo, sigamos repudiando la educación que produce peones para el gobierno y luchemos por algo alterno. En esta revolución no cesa nuestro tesón, y palabras del Che hemos convertido en estandarte: “La revolución se lleva en el corazón”.

Era un hombre con aires de tristeza, lo miré sentarse a unos cuantos metros de mí e inmediatamente sentí la imperiosa curiosidad de tratar de adivinar el contenido de sus pensamientos. Su inquebrantable silencio y la mirada fija pérdida en un punto del suelo, delataban el hecho de que se instalaba en otro espacio más interesante que en el que nos hallábamos en ese momento. 

¿Vendría aquí para tratar de dialogar con sus demonios como lo estaba haciendo yo?,¿Algo del mundo le preocupaba o ha venido como un despreocupado hedonista? mejor aún, ¿Habrá en realidad algún pensamiento atravesando su mente?

Me había adelantado a suponer que algo pensaba pero tal vez sólo había venido a recoger el placer de estar sin razón; en todo caso no lo sabría a menos que me acercara e intentara entablar una conversación, pero ¿con qué objeto, con qué excusa iba a hacerlo? me sentí absurda por tan sólo pensarlo, no quería ser entrometida y perturbar lo que sea por lo que había venido.

Después de un largo rato de haberme abandonado al misterio que me provocaba su presencia, decidí marcharme, se hacía de noche y además tal vez se daría cuenta de que lo miraba y no sabría qué hacer si se percataba de ello, realmente me daría vergüenza.

Me levanté y al pasar junto a él detuve bruscamente su tarea, me miró fijamente y yo hice lo mismo: ningún parpadeo, ninguna sonrisa, ningún gesto, sólo un instante compartido; dos extraños se encontraban en un punto.

Es tan paradójico que uno intente apartarse del mundo para poder estar sólo con la propia presencia y se encuentre por casualidad con otro que hace lo mismo.

Anhelo

Yo soy de gente, soy rostros, soy muchos y uno.
Yo no quisiera ser monotonía, prisa o estrés.
Yo soy citadino y extranjero, toco encuentros, 
conversaciones y miradas.

Yo no quisiera sentir lejanía, oler a silencio y apatía.
Quiero ser todos los días palabra e imagen, escuchar cuerpos, 
tocar idiomas y dialectos… oler a lo diverso.

Yo no quisiera mirar monotonía, uniformidad… violencia.
Yo soy de respirar libertad y deseos.
No quisiera palpar represión, censura y olvido.

Yo estoy hecha de sueños y pasiones, toco alegrías, 
rabias y nostalgias.
Yo no quisiera oler a indiferencia, a cobardía, a renuncia.

Yo soy de donde brota la voz, la lucha, la rebeldía y el cinismo.
No quisiera tocar el miedo y la conformidad, 
no quiero que mi mirada se resigne.

Soy un cuerpo: soy joven y anciano, soy hombre, 
soy mujer, soy pueblo.
Yo soy todo lo que miro, pronuncio y lucho… 
Soy aquello que deja rastro de perpetuidad…

Yo soy gente, soy acción, soy deseo…soy lucha.

Centro de llamadas

Tantas voces, tantas y ninguna coherente. 
Tantas voces apagadas, manipuladas,
sonando en unísono, temblando en destiempo.

Tantas voces controladas, amansadas; 
en un tiempo que determina cuando deben callar 
y otro que indica cuando deben empezar.

Víctimas posmodernas,
lo que en realidad quisieran decir no importa 
en ese espacio de cuatro paredes.

Subjetividad dormida, los deseos se quedan en las voces internas, 
y a veces tanta injuria lograr borrarlas.

En este cachito de tierra capitalista, las voces se tergiversan,
afuera de esta pieza de inmundicia, las voces renacen.

Restauración

Y al olvido lo ayudo a llegar más rápido borrando todo lo que huele a su recuerdo, de una vez y de tajo, como ceremonia de reconstrucción.

Bien es sabido que para poder adherir nuevas marcas a la piel, hay que dejar secar las cicatrices olorientas a permanencia, para que de una vez por todas desaparezcan, para que dejen de rasgar dolor de a pedacitos, para romper el cuentagotas de la dosis cotidiana de tristeza; para que no sigan siendo un inútil recordatorio de un cuerpo que ya no está, que partió sin siquiera dejar ver sus intenciones de hacerlo, empujando con delicadeza el signo de la ausencia.

Es así que no tengo la más mínima intención de seguirlo arrastrando en mis deseos, por que ya me agota su recuerdo; por eso, es que elegí la desmemoria.

¿Y entonces, qué sientes? -Le preguntó- En realidad no lo tenía claro hasta hace un par de horas que lo vine a descifrar, aunque lleva meses invadiéndome. 

Es algo que pulsa dentro- aquí, donde se supone que uno tiene el corazón, y acá, donde a uno lo atormentan o lo concilian los pensamientos.

Es como si de repente y de golpe, te das cuenta de que el tiempo está transcurriendo; todos lo dicen pero jamás le das la debida importancia. Lo miras, se hace notar en cada fracción de segundo; pero yo no lo dejo que me lleve, me quedo congelada, dentro de una cápsula. Todo transcurre pero yo me quedo, como en un sueño, y sé que tengo que despertar, pero no sé cómo.



¡Oh, hombre!, ¿qué parte de mí te hizo creer que me enamoré de ti?, qué cosa en mis acciones te crearon una ilusión cual visión en el desierto. Soy una mujer discreta y también silenciosa, mis monstruos personales raramente salen a la luz, pero si mi corazón late fuerte, lo dejo salir y gritar sin reparos, si en verdad me enamoro mi cuerpo me delata, mis palabras lo proclaman.

Hombre: requiero más que de palabras adornadas y endulzamiento de oído, tú sonrisa o tus manos no te convierten en el hombre ideal, necesito más que de un instante, de una aventura para que me muestre en mi plena vulnerabilidad, para que me provoques el deseo de conjugar la palabra amar en cada una de tus extremidades sin parar.

¿Acaso fueron las palabras que alguien más te dijo, acaso alguien te lo aseguró? Fue más sencillo alimentar una idea tergiversada que venir aquí y conocer de la raíz que son mis labios, las palabras tal cual fueron dichas. Fue más fácil dar paso al silencio y hacer inhabitable el curso de los días. Se mira el horizonte hasta donde la propia vista nos marca el límite; pero anda a enterarte que el paisaje que alcanzas a divisar no es la totalidad del territorio.

Sabe también, que en mis actos no considero errores, en mis pensamientos no caben rencores, ni odios, ni culpas; desde siempre este cuerpo los ha vomitado por inercia en cuanto intentan invadirlo. Alguna vez quise reclamarte, pero salí un momento de mí poniéndome en tú posición, entonces tal vez, lo comprendí.

Una lástima el vaso que se elige para ahogarse, pero una suerte la mano que sabe dar vuelta a las páginas y terminar el capítulo.
Nunca he sido buena con las indirectas, soy de esas personas que prefieren se les haga saber las cosas con todas las frases, palabras, vocablos y sílabas que incluya el sentir; sea cual fuere este; directo y claro, porque soy torpe para comprenderlas.

Prefiero que el tiempo me transcurra en procesarlo que en tratar de descifrarlo, porque además, tal vez, me ocurra la desgracia de jamás comprender que una cosa más quería brotar de entre líneas, de las conversaciones o de los actos. Y lo más importante, porque eso alegremente me restaría días de observar todo de cabeza como suelo hacerlo, y porque así tal vez, la parte más aturdida de mi existencia se debilite de un poco.

Despedida

Podían reflejarse uno al otro en sus pupilas, se miraban con una sonrisa que no podía sino significar el más grande cariño que se le tiene a alguien a quien el tiempo ha depositado en el corazón. Sin dejar que las miradas y las sonrisas se apagaran, como si una naciera de la otra, como si una mirada dependieran una de la otra, ella tocó su mejilla derecha, acto seguido tomó suavemente su cabeza para poder darle un beso grande en la frente, preámbulo para dejar salir en forma de palabras los sentimientos que aguardaban desde hace tiempo por ser liberados, porque la vida es corta, se dice tantas veces, ella lo tenía presente y por eso, no podía marcharse sintiendo que dejaba el capítulo inconcluso, terminando de manera errónea y permitiendo al gusano del tiempo, que cultivó una sincera amistad, desvanecerla sin dejar señal de su existencia: 

Ella quebró el silencio: -Me encantó coincidir contigo en esta vida, gracias inmensas por mostrarme que pase lo que pase, uno tiene que disfrutar el proceso, que hay permitirse la aventura, soltarse y no tomarse tan a pecho la vida, te recordaré siempre como mi maestro de la alegría, tú puedes recordarme como la chica triste a la que ayudaste a desprenderse de sus raíces de amargura para poder dejar crecerse unas de felicidad inmortal, ¿te parece?- Él respondió: No lo dudes, así lo haré, fue un gran placer, amiga- El placer fue todo mío amigo mio, te quiero- Te quiero también. 

Se desearon la mejor de la suertes ya no con palabras, sino con un fuerte e inquebrantable abrazo que sin duda quedaría en la memoria de ambos. Mientras ella se alejaba, él gritó: Jamás te lo dije, pero creo firmemente que las despedidas son atemporales, ¿quién sabe?, tal vez, pueda ser que volvamos a coincidir en otra vida- ella se detuvo un poco y sosteniendo la sonrisa en su rostro, respondió: ¡Sería de nuevo todo un magnífico placer, caballero!, pero por favor, asegúrate de estar tan zafado de la cabeza como en ésta- ¡Lo haré! respondió él y mientras la miraba marcharse; susurró para sí mismo: 
-Lo haré-.


Escribirse en la piel la frase más significativa de la existencia, 
dejarse en el cuerpo la huella de las propias creencias, 
los miedos, deseos y anhelos… 
que se exhiban en verso como homenaje por estar siendo. 
Un epitafio de vida.
Y a pesar de que el viento de este tiempo golpea más fuerte que nunca, me sostengo con uñas y voraz terquedad. Aún creo en lo improbable, en lo inimaginable, en lo que todavía no existe y en lo que jamás se ha dicho.

La vista no se me ha desviado y mis pensamientos no dejan de fabricar locura.

Estoy sujeta y hecha un lío, es verdad, otras veces ya lo he estado, el hecho ahora es esperar el momento adecuado para zafar los nudos y evitar que me alcance la cordura.

Libertad

La libertad es aquella pieza en mi existencia donde nacen mis deseos, se alimentan mis pensamientos y moldeo la realidad.

Me niego a habitar en la morada en donde se encierran los sueños y se acostumbra a colocar la palabra "absurdo", camino entre piedras del lugar ya mil veces recorrido, y las recojo para construir mi propia morada; que no huele a ningún aroma que pueda reconocerse y no se describe con palabras de este mundo.
Lo siento, lo siento aquí dentro.
Y no sale, se aferra, 
no se desprende, se adhiere. 
Le siento y es como si gritara dentro mío, 
como si habitara en mi cuerpo.

Me mostró el mundo con todos sus matices, 
me pidió que nunca parara hasta lograr devorarlo de un bocado. 
Me puso alas y me enseñó a usarlas, 
me pidió luchar hasta con el último aliento por mis deseos y sueños, a jamás detenerme. 

Me enseñó a creer en lo imposible, a imaginar lo jamás imaginado. 

Yo le aprendí lo gladiador de su existencia y la terquedad con la que defiende sus creencias, me dio un porqué y yo le añadí mis propias respuestas. Con el tiempo me dí cuenta que no era el hombre más sabio pero si mi gran maestro. 


Mi padre, un hombre como cualquiera en la tierra, pero para mí el más importante de todos. 
¡Gracias! Por dejar tus mejores años en mí, por ser mi armadura, por que no hay ningún momento en mí vida en que te necesitara y no estuvieses, por aguantar todas mis locuras que tantas veces te han hecho desvariar, por ser mi papá. Soy la más afortunada de tenerte. 
Te admiro tanto, Te amo.
Decidir salir de la zona segura y construir nuevas riendas a la existencia. 
Empezar el comienzo de un final para dejar que algo más surja; 
aunque no sepamos qué, pero si que es hora de que lo haga. 
Dejar que el presente sea y esperar que lo que traiga sea igual de fascinante que lo que termina.
Te pronuncio ahora, te pronuncio aquí y a deshoras; porque tienes la medida de silencio en la cual mis pensamientos viajan a reposar, aprovecho que posees la raíz de mi deseo el cual no logro desentrañar. Cuánto me conmueve imaginar que te integras templadamente a mi cuerpo; enorme y sublime enigma de lo inefable.

Tus manos, tus inusuales manos de hombre taciturno; cuántas visiones obtengo del recuerdo de tus esplendorosas manos; me atrevo a decir que le ajustan de manera impecable a las mías; como si fuesen rompecabezas.

Aquí y a deshoras, me pregunto si algún día mis ojos dilatados de delirio te volverán a mirar.
No hay duda, a mi corazón lo habitan las contrariedades más inimaginables; tanto así, que estoy segura de que si es verdad que hay cierta porción de miseria en cada cuerpo; en mí yace la parte más grande, lo más jodido del sentimiento brota de mí.

Distancia



La distancia suele ser una consejera trastornarte. A veces suele decirme que te olvide, que más me valiera enterrarte que sufrirte; y otras tantas me dice que tengo suerte de saberte.

Tú: el extraño cuyo poder hace emerger tanto de mí, como si mis alegrías, preocupaciones, sueños y tristezas descansaran en ti, en tú regazo, en tus palabras.

La distancia es esa indescifrable maníaca que nos unió; y es también la maquiavélica sentencia constante de olvido, del continuo seguimiento de mi vida en la que a falta de tú cuerpo, hallo tú esencia.

La distancia es este punto, en el aquí y ahora donde te encuentro, donde me faltas, donde nunca has estado.

La distancia es la malicia que condena mi cordura, envolviéndome de duda, de paranoia; de perturbados porqués para seguir queriéndote, de malvadas razones para soltarte de mis pensamientos. Es ese punto donde quiero sentirte pero no estás; y es también el punto donde puedo desvanecerte: Un arrojo al vacío de ti.

Es aquello que me permite saberte aquí; donde existe la posibilidad de que todos los deseos nazcan; donde me habitas fuerte y silenciosamente en atemporalidad.

La distancia, la distancia, la inquebrantable distancia:
Una fuerza cuya locura consiste en unir dos cuerpos que saben reconocerse, aunque jamás se hayan tocado.
Este viaje que es la vida, 
me llevo en sus mares a toparme contigo,
a encontrarnos o tal vez reencontrarnos; 
lo hemos hecho con el alma, 
algún día, lo sé, 
lo haremos con el cuerpo.

Todo mundo se encarga de ponerte una etiqueta:

Que si no tienes trabajo, eres un vago; que si no vas a la escuela eres y serás toda tú vida un bueno para nada, que si no haces ambas cosas, ahora te llaman modernamente “NINI” (ni trabaja, ni estudia), por lo tanto eres un fracasado.

Que si uno ama la poesía, la literatura, el dibujo,el arte: sólo pierde su tiempo con tonterías improductivas; que si uno piensa diferente a los demás, es sólo porque es joven y no sabe lo que hace y mucho menos lo que dice.

Si estás completamente seguro(a) de no querer profesar ninguna religión, te señalan y dicen: ¡Ateo! como si con ello te estuvieran desterrando del planeta y fueras marcado como un hijo del mal, un ignorante; que si sabes que el matrimonio es algo que no quieres jamás en tú vida, te dicen que te quedarás para vestir santos, solterón o solterna; y ya por mucho en el afán de hacerte sentir ofendido, como si fuera lo peor que pudiera existir, la sociedad en una maldita forma despectiva te condena:

"Seguro que es lesbiana; yo creo que es homosexual,¡Es gay!"

Maldita y mil veces maldita ignorancia de esta sociedad que parece que ha perdido la conciencia y la fuerza de luchar por la libertad. Maldito el odio, el racismo y la desigualdad social producto de un sistema represor que ya no puede ni mirarse los pies de tan gordo que se ha hecho al tragar su propia porquería y echar la culpa de todo lo que pasa a terceros, a nosotros mismos. Si todo dependiera de uno mismo, seguro que la crisis y la pobreza no existirían.

¿Qué significa hacer una vida hoy en día?, ¿Qué significa ser libre en esta sociedad? ¿Qué reales oportunidades nos brindan los gobiernos para vivir como ciudadanos en cada país? Es más, ¿Existen tales oportunidades?

Si hacer una vida significa someterse a la lógica del sistema y llevar una vida monótona, o vivir sin preguntarse cómo y porqué, entonces más que personas, más que sujetos con pensamiento propio, somos corderos al servicio del poder y de las ideologías dominantes que se encargan de amansar las conciencias diariamente para evitar la revolución y el pensamiento crítico, para evitar que abramos los ojos a una realidad que nos han impuesto y que la única respuesta que encontremos sea: porque así son las cosas, porque así ha sido marcado nuestro destino, porque no hay nada que podamos hacer para cambiarlo… ¿A ello podemos llamar “hacer una vida”?

Preguntémonos qué estamos siendo como sociedad, en qué mierda de modelo estamos sumergidos que nos hacen pensar que somos quienes escupimos hacia arriba, y que el escupitajo se nos regresa por triplicado porque uno mismo lo ha provocado.

Querido mundo, compatriotas y hermanos todos los que vivimos en países que son llamados de tercer mundo o subdesarrollados; a todos les digo: No, realmente no es así!

¡El sistema y los modelos de pensamiento dominantes, mantienen enferma a nuestra sociedad!

Sin embargo

Te lo haré saber; creo que tienes que saber que aunque ya no te busco, que aunque me ausento tratando de olvidarte, a mi ausencia la cubren unos tantos “sin embargo”…

porque a estas alturas de mi intento, me da miedo lograrlo sin que hayas siquiera sabido que no fue duro, sino doloroso, así como quien trata desprenderse una costra sabiendo que la piel quedará al rojo vivo, así, busco desprenderme de lo mucho que te quiero, pero a pesar de ello y sin embargo…

A pesar de la distancia, te extraño tanto.

Sin embargo, pienso en ti cuando estoy despierta, cuando duermo, cuando sueño.

Sin embargo, te sigo los pasos aunque sutilmente, no lo busco pero otras personas terminan por hacerme saber de ti.

Sin embargo cada canción, cada poema, me evocan de una u otra forma a ti.

Sin embargo, te sigo queriendo, aunque luche contra mí misma para no hacerlo más, y sin embargo, lo hago.

He llegado a pensar que estoy enferma, sé que no existe tal enfermedad, pero es un hecho, me he enfermado de ti… algunos lo llaman amor, yo lo llamo delirio y me pregunto si tan sólo basta esa palabra, si tan sólo es suficiente para nombrarlo, y termino pensando, que probablemente no, y sin embargo, sigues aquí, y sin embargo te lo digo porque ya sé que esto es lo que mi ausencia no dice, pero mi jodido corazón, si.

Siendo sueño, habitaste mi corazón, 
sedujiste mis pensamientos, te escribí cartas de amor, 
te dediqué infinitos y profundos suspiros.

Siendo realidad, me agotaste hasta el llanto, 
me partiste, desapareciste mi alma, me hiciste despertar.

No había sentido en carne propia cómo el amor se perpetúa en dolor, 
no lo sabía, hasta que te conocí.

Espera - Esperanza

Esperar, esperanzarse, esperar…. 
¿Esperar qué? 
Esperar como quien sabe que nunca vendrá, 
que nunca pasará.

Esperanzarse como saber que aquello será posible, 
como quien llega a reconocer en el cielo cierta tangibilidad, 
como quien se repite que en el amor, todo es de color rosa.

¡Bendita ingenuidad!
Quién sintió por primera vez la ceguera 
de la fantasía para agradecerle 
el dotar de dicha condición a la humanidad.

Final

En tú ausencia, me ocurre la locura: 
Los recuerdos me atacan, 
los actos se sumergen en la piel, el ruido de mis errores 
y el tiempo… 

el tiempo marcando una línea punteada 
hacia el final de un sentimiento. 
Porque todo es efímero, recuerdo haberte dicho una vez.

Tierra de extranjeros




He tenido una idea sobre lo que tendría que desaparecer sin dejar huella, como si de repente me pareciera tener el tiempo escaso para decirlo.

He pensado en desterrar la indiferencia, en encontrar el modo de desenredarnos de tan corrosiva maraña que nos mantiene en este espacio entre cómodos y habituales ritos de ignorar al otro, de ignorarlo todo. Éste creciente terreno de inanidad, trae a cuestas tierras de autodisolvencia.

Encerrarse en una propia burbuja que pareciera indestructible, dejar ganar la batalla a la pasividad enfermiza de los actos y del cuerpo mismo. Enfermarse y corromperse del sin-sentido.
Qué quedará de nosotros, sino el polvo que el mismo viento se llevará sin destino alguno, qué nos espera con tan despiadado reinado implantado por la superficialidad de lo cotidiano que revuelca el sentido de lo humano en fangos de miseria colectiva.

Vivir como extranjeros es ya suficiente, sentenciarse al desierto de lo inerte es, la propia muerte.
Nos preguntamos dónde está el nihilismo, ¿Qué no es claro que lo cargamos a cuestas provocándonos jorobas hechas de tiempo muerto? , ¿Qué no es claro que respira en cada poro de cada cuerpo?

Ojalá que la conciencia nos libere de tan terrible mal, ojalá que la vida no termine cristalizada por tremenda plasticidad.

Tal vez resulte que si tengamos poco tiempo, tal vez mañana ya no sepamos significar el sentir, el conversar, el intentar, el defender, el pensar… la propia libertad. Tal vez mañana nos gane la insensibilidad, tal vez este mismo día, nos coman los gusanos.

Vivre

Planear los días, hacer esto y aquello, crecer, querer, conocer, saber… ordenar.

Actividades que, hay quienes siguen como la cotidianidad de sus días, tal como beber agua o dar los buenos días. Aunque por otro lado, siendo lo opuesto, (y haciendo acto de presencia como hacen las cosas opuestas e indescifrables que vale la pena sean como tal, porque de modo contrario serían idénticas a su inversa) hay quienes no conocen tales tareas, quienes no necesitan de ellas, quienes no las nombran porque no saben si eso en verdad puede hacerse.

Quiero decir, que existe también quien no puede pensar en el bien o mal, correcto-incorrecto, fácil-difícil, 
servible-inservible para habitar los días : Tan sólo considera sentir, caminar, vivir. Le basta saber, está en el mundo.

Hay para quien es indispensable aquello que para alguien más, es desorden. Hay quien gusta de empezar por el final y terminar por el principio, hay quien simplemente no puede enojarse porque dejaría de parecerse a sí mismo, quien decide no revelar sus sentimientos más profundos, tal vez por miedo a que se le escurran del corazón, hay quien al llegar a casa, no cuenta lo que le ha ocurrido durante el día, sólo porque no lo considera más importante que justo lo que ha hecho, llegar a su refugio.

Hay quien no dice un te quiero o un te amo por conciderarlas frases vacías de tanto ser repetidas. Hay quien reproduce cientos de veces las misma canción porque le parece, es lo más bonito que ha escuchado o es lo más especial que pudo haber hallado. Hay quien decide ceder a la lluvia y caminar bajo ella sin buscar desesperadamente un refugio para evitarla, quien espera tan sólo tener aliento al día siguiente para dejar que el deseo en sí mismo, lo conduzca en el andar.

Hay así, quien es el raro, el extraño, el callado, el aislado, el misterioso… palabras de media tinta inventadas por quienes saben ordenar su vida para poder nombrar, según ellos, a los que no. Hay quienes por la linea recta se van para el camino, y quienes del camino, desconocen si hay.

Pero qué le vamos hacer, hay quien de la vida enferma y quien la vida, ve enferma.

Viaje

Cuando se inicia un viaje se espera conocer y recorrer lugares,
admirar paisajes, 
conocer costumbres, 
acumular memorias…

Yo, de este viaje, no espero nada, 
parto con la firmeza del paso y con la esperanza de tatuarlo en el andar, 
sin más ni más, sin destino en el cual descansar.

Iniciar para no terminar, 
a menos que la existencia se rehúse a seguir o las manos a escribir.