Premonición

No sabré pronunciar palabras después del olvido,
no sabré qué rima con qué después de la nada, después de dejar que los gusanos coman raíces y viceversa. 


Desconoceré el sabor de la tempestad desembocada. No tomaré partido en nombres y paisajes de permanencia voluntaria. 

Ya no tendré idea de cómo dejar que se tuesten los granos de alivio. Habrá pérdidas, habrá resquebrajamiento de mis muros y mis balsas a la mar del dispersado horizonte, pero me complacerá estar llena de amuletos sin valor alguno.


Habrá maleza cubriendo el pavimento y caos en estos alientos. 
Se hallarán las pausas inevitables y se quebrarán los motivos de la venida imperturbable del tiempo.

Después del olvido, no se hará necesario cargar más nada, se necesitan solo manos vacías e inundación de la agonía, no se requiere más que olvido para empezar a combatirlo... empezar desde él y acabar en él.

Del olvido partir para perder todo y comenzar de nuevo, una cuenta efímera o tal vez inacabable, una cuenta vendrá y dará cuenta de que sigo viva.

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