Alguna vez no tuve un techo, luego después un hombre me mostró que se podía hacer un refugio en las letras. Intenté construirlo y lo he estado haciendo desde entonces, pienso que tardaré toda la vida en terminarlo pero bien lo vale si como resultado habrá un lugar en el mundo en donde pueda descansar mis restos, un lugar que llame mi hogar.

Feliz cumpleaños a ese hombre que no sólo ha sido mi maestro, sino el de miles de cronopios. 
¡Felicidades Julio Florencio Cortázar! 

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