Del mar que es la vida jamás espero calma,
prefiero las olas que lo bailan, la turbulencia que lo aclama.
El viento y el cielo cómplices de toda hazaña.
Hay un viaje tempestuoso, donde las veletas marcan dirección contraria.
Hay bordes de sinfonía en cada orilla,
colores infinitos y pupilas derramadas llenando las aguas.
Hay peligro, incertidumbre y un timón de tiempo...
hay agitación y palpito... hay vida.
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