El cierre y el comienzo de cada año, después de pasar la cuenta en el calendario, de vivir la cuenta que es cada día en el calendario; uno se da cuenta que 365 días en realidad no eran muchos.
No es que se empiece el día pensando en que faltan tantos días para que termine el año, no por lo menos los primeros meses, pero a veces me da la sensación de que cada año pasa más rápido que el anterior. Percepción personal, ya que la cuenta la marca el calendario pero el ritmo es de cada quien, y por eso puede ser la suma de todo y nada, puede que la mayor parte no hayan sido más que eso, días como todos los días, o puede que las cosas inesperadas y también las esperadas, nos hayan cambiado la jugada inicial; porque no es que uno quiera todos los días color de rosa, así la vida es un poco o un mucho plana; pero te das cuenta de que el año que termina se lleva tantas cosas por las cuales no quisiéramos o no pudiéramos celebrar, a veces tampoco se puede reparar el pasado, pero si se puede hacer las paces con él; rectificar y comenzar de cero le dicen algunos.
El tiempo sigue, la vida a veces ya no; por lo que aprendí a mirar el fin de año no como una celebración, sino como una posibilidad, ¿de qué? voy a decir que de todo, porque en este punto puedo caer en un discurso de motivación personal y no es la idea. El hecho es que una cuenta de los días se terminó para comenzar otra y podemos aprovechar eso.
Deseo que sea la posibilidad más bonita y más grande para todos y cada uno de ustedes a quienes alcanzó esta publicación y que amablemente se detuvieron a leer.
¡Buen inicio de año!
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