Si habría que decirlo...

Para mi padre.

Escribo para que vengas porque es la única forma que conozco de llamarte,

escribo porque me cansan las palabras y me arden los labios,
lo hago para evitar que las miserias del día se vayan y permanezcan juntas.

No escribo para mí, escribo para otros 

y si escribo para otros, escribo entonces para mí,
escribo para no olvidar que hay cosas olvidadas 
y no extraviar las cosas que me duelen,
porque a veces ya no sé ni lo que hago ni porqué lo hago 
y es por eso que también escribo.

Escribo porque estoy perdida y no encuentro alguna puerta abierta, 

porque no sólo lo estoy yo y necesita ser dicho,
lo hago porque la lluvia es un acto que aborda dos sentidos: a mi y a la calle, 
y la lluvia empapa la calle, y a mi me empapa la calle con toda su lluvia.
Escribo porque los poemas son un remedio y una enfermedad, porque pertenecen a la angustia, al dolor y al amor... ¿o será que todo ello pertenece a los poemas?

Escribo porque hay formas de estar callada y hay otras para nombrarte, 
yo quise poner todo en un sitio para que te lo lleves intacto, 
como recién salido de este puño,
y entonces no haya que decir lo que no debe decirse, 
y entonces no dudes que se trata de ti.

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