Un hombre bello subiendo a un taxi,
una mujer bella cruzando la calle.
Él es bello porque va con la mirada distraída y desorientada, ella lo es porque está buscando, mira de un lado a otro, carga un revista que parece contener una dirección.
Él también busca una dirección, paró un taxi y preguntó al conductor por la ventanilla. Lo llevará, si lo llevará; ya ha subido pero se dirige de lado contrario al de la mujer.
Se cruzaron por un momento, pasaron por la misma acera a la misma hora. Los dos buscan un lugar en la ciudad, alguno en el que jamás han estado, lo sé porque buscan. Pareciera que era el punto de reunión para ambos, ese día y en esa calle con sus desconciertos.
Y pensé entonces, que la forma más bella de un hombre y de una mujer es cuando no saben, y siendo que ignoran, buscan y se encuentran, aunque no se dirijan al mismo lugar.
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